Criado como un niño por sus tías Pura y Pita, el joven Agustín sufre de doble identidad y cada día, a las siete de la noche en punto, se convierte en un "lobo" aullador que persigue a toda mujer que se le acerca. La situación se enreda más a la llegada del abuelo don Jacobo, quien desconoce la manera en que su nieto ha sido criado.